La perfección en la forma, brillo y color de las cuentas de cristal elaboradas por la casa de joyas japonesa Miyuki adorna con estilo y elegancia las muñecas de miles de usuarios.
Dkary, el proyecto de Isabel Cerdá Valiente, ha permitido hacer llegar pulseras hechas con ese material a todos los rincones del mundo, a la vez que ha regalado esperanza de vida a mujeres en situación de pobreza. Homogéneas y únicas por su forma idéntica, las cuentas cilíndricas o “delicas” fabricadas por Miyuki se entrelazan en los telares de Dkary para ofrecer a los clientes decenas de modelos, con diferentes anchos y colores, para adaptarlos al estilo personal.
Máxima calidad que brilla para siempre
El cristal con el que están hechas las delicas Miyuki permite la disponibilidad de todos los colores posibles: tonos mate, transparente, galvanizados, pulidos, metalizados, tornasolados y muchos más. Las cuentas ensambladas armónicamente por las artesanas de Dkary dan vida a hermosas pulseras, disponibles en más de 40 tiendas físicas en España y a través de la página web.
Una de las características que más resaltan de las pulseras de cristales Miyuki elaboradas por Dkary es su durabilidad. Todas las piezas pueden ser lavadas con agua, con cualquier tipo de jabón o lejía y mantienen intacto el brillo, la firmeza y la calidad, tanto de las cuentas, como los hilos y el logo de acero inoxidable de Dakary.
En el catálogo virtual, los visitantes pueden encontrar las fotografías de cada pieza con la descripción sobre sus materiales, temática y formas. Para este año, la marca ofrece los más vistosos tracks o pulseras más finas, elaboradas con 255 cristales, en dos horas de trabajo artesanal.
Asimismo, ha lanzado su línea unisex, para regalar o compartir en pareja, con 514 delicas Miyuki en cada pieza, lo que requiere tres horas para su fabricación. Entre las opciones también destacan los brazaletes, cuyos anchos van desde el tamaño S hasta el L. Este último se confecciona con 1.630 cristales a lo largo de siete horas de trabajo.
Más sobre Dkary
Como todo proyecto exitoso tanto en lo humano como en lo comercial, la marca Dkary surgió desde el amor que Isabel dedicaba al diseño y confección de pulseras con cuentas Miyuki a sus seres queridos. Una de las afortunadas en tener estas piezas fue su amiga Mercedes del Valle, fundadora de Lalibela Food Company.
La ONG, ubicada en Etiopía, atiende a niños en sus necesidades básicas de alimentación y educación en Lalibela, un poblado afectado por la pobreza extrema.
En una visita de Isabel a la sede de esta iniciativa, Mercedes le propuso crear un grupo de trabajo con las madres de estos niños para que fueran autosuficientes y llevaran sustento a sus familias. Así nació el primer grupo de artesanas de Dkary en 2016. Los resultados positivos de empoderamiento a las madres etíopes despertaron en la creadora de la línea de pulseras solidarias el interés de seguir edificando una empresa que a la vez representara un apoyo para mujeres en situación vulnerable. Con esta motivación, Isabel impulsó la creación de un grupo de artesanas en India. Para expandir sus gestiones administrativas y su solidaridad viajó hasta Perú, donde instaló otro taller y la sede central del proyecto.
